La creciente demanda del comercio electrónico y las presiones ambientales están cambiando rápidamente la forma en que las empresas gestionan sus cadenas de suministro.
Un ejemplo de logística sostenible y digitalizada. Según McKinsey & Company, el 80% de las empresas logísticas ya han integrado tecnologías digitales como el Internet de las Cosas (IoT), blockchain e inteligencia artificial, lo que permite un monitoreo en tiempo real y una mayor visibilidad en la cadena de suministro.
Además, la automatización en los almacenes, impulsada por robots, es una práctica cada vez más común en gigantes como Amazon y Alibaba, con el 45% de los grandes almacenes utilizando sistemas robóticos.
Por otro lado, las políticas medioambientales están llevando a las empresas a adoptar soluciones de logística verde. Un 67% de las empresas, según Deloitte, están comprometidas a reducir su huella de carbono en los próximos cinco años, implementando vehículos eléctricos, biocombustibles y estrategias de economía circular.
En el ámbito del comercio electrónico, la última milla se ha convertido en un desafío crucial. Con un crecimiento estimado del 15% en este mercado, las empresas recurren a innovaciones como micro-hubs, drones y vehículos autónomos para mejorar la velocidad y eficiencia de las entregas.
Esta logística sostenible y digitalizada se dirige hacia un modelo más eficiente, rápido y sostenible, integrando tecnologías avanzadas y prácticas ecológicas para afrontar los retos del futuro y liderar el comercio global.